El otro día tuve que asistir a las 7 de la tarde a una
reunión del programa de envejecimiento activo. Esto quiere decir que había unas
plazas vacantes para conserjes en el castillo y en laherradura, el ayuntamiento
abrió un plazo para que la gente presentara solicitudes y los grupos de la
oposición íbamos a que se nos informara del resultado de la convocatoria. Es
algo novedoso porque me han dicho que antes se hacía de otra forma más ágil.
La amiga maricarmen por el pesoe, la señora gaitán por la
conveniencia, y un servidor por iulosverdesconvocatoriaporandalucía, el grupo
más largo sin duda. También estaban allí la amiga reinoso, concejala de
servicios sociales, y dos trabajadoras de los servicios sociales.
Empezó la reunión con el interesante comentario, repetido
unas quince veces, de la señora gaitán, que observó que la convocatoria no se
había difundido suficientemente. Cuando ya la concejala de servicios sociales
le había explicado otras quince veces que la convocatoria se había hecho en el
tablón de anuncios del ayuntamiento y en los tablones de anuncios de los
lugares en que se iban a cubrir esas plazas, y cuando le había argumentado que
en la anterior reunión de esa comisión se acordó que las convocatorias se
divulgaran exactamente ahí, tuve una idea brillante y le pregunté a la señora
gaitán si lo que estaba pidiendo era que estas convocatorias se difundieran de
la manera en que se difundían cuando ella era concejala del equipo de gobierno.
Pues se enfadó. Me dijo que así no íbamos a ninguna parte. Y
yo me extrañé porque no tenía noticia de que fuéramos a parte alguna. Pero me
extrañé también por el hecho de que no me dijera: Pues sí, amiguito, me
gustaría que estas cosas se difundieran bien, como hacíamos antes, cuando había
democracia y transparencia. El caso es que estuvimos un rato hablando, con poco
interés, sobre lo que yo había dicho, pero no avanzamos mucho, creo.
Cuando ya estábamos aburridos, yo al menos, de hablar de eso
de la poca difusión de la convocatoria, las empleadas de servicios sociales
pasaron a explicarnos los detalles de las solicitudes, el baremo y las
puntuaciones. Y la señora gaitán dijo que sobre ese tema no se iba a pronunciar
porque… Eso es, lo han adivinado, porque la convocatoria se había hecho muy
mal, sólo en los tablones de anuncios y no se había publicado en la web del
ayuntamiento, con lo cual ella, su grupo, no se habían enterado de la
convocatoria y no habían podido informar a sus simpatizantes.
La amiga reinoso volvió a explicarle que la convocatoria
había estado expuesta un montón de días en los tablones de anuncios, que,
además, ella ya había dicho en la anterior reunión de la comisión del programa
de envejecimiento, que estaban a punto de salir esas dos plazas y que
estuviéramos atentos al tablón de anuncios. Pero gaitán no cedía, estaba muy
triste y preocupada por la falta de transparencia.
Y entonces tuve otra ocurrencia mala, en opinión de la
señora gaitán. Le pregunté cómo era posible que teniendo su grupo cuatro
liberados, ella misma y otros tres, ninguno de los cuatro hubiese dedicado diez
minutitos de su valioso tiempo a mirar el tablón de anuncios. Ya le dije que,
por dios, que claro, que ellos administraban su jornada laboral conforme a
criterios convenientemente convenidos en los que ni se me ocurría entrar, pero
insinué que era poco rentable ese esfuerzo de la hacienda municipal si
finalmente no encontraban un hueco para esa labor tan facilita de mirar el
tablón de anuncios antes o después del cafetito.
Se enfadó otra vez. Y, como ella había pronosticado, no
fuimos a ninguna parte. Yo me fui a mi casa seriamente preocupado por el
retroceso en la transparencia. Por el camino deliraba y decía sin venir a
cuento cosas como opaco, o paco, opa co, oh paco, translúcido, trans lúcido,
trans lucido, tas lucido, y cosas así. Creo que se me está yendo la olla de ir
a reuniones como esta. Igual tengo que ir a que el doctor me haga un estudio
neuronal antes de que los amigos de la trini lo pongan a precio de mamografía.
El caso es que gaitán se enfadó. Quizá me pasé. Y eso que no
le saqué las cuentas de su excursión a livry gargan en 2009, cuando marchó en
viaje de trabajo o de placer –ya no sé a qué carta quedarme después de leer la
crítica tan bien fundamentada que hace conveniencia de un viaje a esa misma
ciudad en 2012-.
El caso es que ella, la señora eva gaitán, viajó a livry
gargán en 2009 acompañada por dos empleados municipales. Iba también en el
viaje el señor ledesma, concejal del pepé, y su esposa, jefa de protocolo a la
sazón. Era un séquito, cuando menos, curioso. El viaje nos costó 1.293 eurazos.
No sé, todavía, cuánto costaron las otras cosas que se hacen en un viaje:
comer, beber, taxis, etc. A lo mejor fueron de gañote pagando los franchutes.
Lo ignoro. Tampoco sé cuánto se han gastado este año la señora thl y sus
acompañantes. Estoy seguro de que el feisbuk del doctor o la web de la
conveniencia informarán cumplidamente sobre las dos cuestiones.
Salud