Se queja mariadolores en una editorial reciente de su periódico de que el ayuntamiento aún le debe unos dinerillos. Dice ella que está siendo buena a ver si cobra. Eso está bien, aunque ser buenos es un imperativo moral que no debiera estar sujeto al cambalache.
Desde hace unos años, el gobierno se ha empeñado de boquilla en que las administraciones paguen a sus proveedores como debería ser, en un plazo razonable. Y una de las medidas que adoptó zetapé fue exigir a los ayuntamientos que dieran a conocer a todos los concejales y al ministerio la relación de facturas pendientes trimestre a trimestre. Se le olvidó prohibir eso de que algunos concejales cobrasen casi cinco mil euros al mes por dar paseos como los jubilados.
De resultas de esta orden nos hemos enterado de que el ayuntamiento de almuñécar debía, a 30 de junio, más de dieciséis millones de euros a proveedores. Aparte hay que contabilizar la deuda con los bancos, por ejemplo, o ese dineral que algunos promotores han adelantado al ayuntamiento a cuenta de unos convenios urbanísticos que aún siguen en el limbo pero con el dinero ya gastado. Haciendo esas cuentas llegamos a los cincuenta kilos fácilmente.
Si debemos dieciséis millones de euros y pico es que hay un montón de empresas mosqueadas por culpa del que no les ha pagado. Entre esas empresas está la de mariadolores, a la que, si las cuentas no me fallan, se le deben 5.326 eurazos por sus anuncios en infocosta y alguna otra colaboración. Es una pequeña cantidad si la comparamos con los 3.867.130 euros que el doctor ha dejado a deber a la empresa de la basura o los 2.889.985 euros que le debemos a cartuja inmobiliaria, una de las empresas que hizo los famosos parkings y que tuvo que echar el cierre, agobiada por impagos como éste.
La primera factura que se le debe a cartuja inmobiliaria es del 6 de octubre de 2010. La primera que se debe a fcc (sucesores del mirlo, sociedad limitada) es de 26 de julio de 2010. Desde ese día no le hemos pagado un duro. Pero puestos a hablar de antigüedad, tenemos que remontarnos al 28 de febrero de 2.000. De esa fecha es una factura de combustible por importe de 6.273 euros, que, si no hay error en la contabilidad, figura como no pagada a carburantes lapaloma.
Así pues, es cierto que debemos mucho. Debemos, como dice el dicho, hasta de callarnos. Y los acreedores tienen que cobrar, sea mucho como fomento, sea poco, como mariadolores. Es la suya una pequeña cantidad en comparación, pero es importante para ella y hace bien en reclamarla porque lo que se contrata hay que pagarlo. Claro que esa fuerza en la reivindicación siempre es mejor ejercerla contra el que te dejó la losa más que contra el que la heredó. Digo yo. Pero como a mí no me deben ná, pues es una opinión sin mucho fundamento la mía.
Quizá le interese a ella saber, y al resto del público en general, que en los días que pasaron desde el 22 de mayo, fecha de las elecciones, al 11 de junio, elección de nueva alcaldesa, en el consistorio hubo una fiebre de pagos, una epidemia de facturas que iban y venían de mesa en mesa, de despacho en despacho, para ser aprobadas, ordenadas y pagadas con la misma bulla, con el mismo desorden con que se lanza al ataque un equipo cuando llegamos al minuto ochenta y cinco perdiendo uno a cero.
Quizá en estos pagos de última hora, tan frenéticos como ansiosos, se pueda vislumbrar quién es la niña de los ojos del que paga, quién es amado de verdad hasta el punto de que por él merezca la pena perder horas y horas cuadrando partidas, buscando esa liquidez que se escabulle y tratando desesperadamente de que todo cuadre y nadie te vaya a decir: lo siento, pero esta factura no se puede pagar porque está el crédito agotado.
Sólo 2.457 eurillos logró mariadolores que le pagasen en esos frenéticos días en que el doctor, y sus aliados, ya intuían que quizá la hacienda municipal tuviese otro administrador distinto. Quizá esa racanería del doctor en la quincena de la amargura pudiese desvelar un propósito que un malvado me contó hace unos días, mientras esperábamos la bonita presentación que jesús serrano, margarita y josé guerrero hacían del libro de relatos ‘Lluvia púrpura’. El doctor ya había decidido prescindir de sus servicios, me contaba un amigo, aunque malvado, en la tarde del viernes.
Otro amigo más antiguo me contó, y eso tiene más verosimilitud aún, que el doctor ya había decidido no liberar a nadie de la oposición si gobernaba. Eso está bastante contrastado ya, lo que hace aún más extraña la persistencia de unos y otras en mantener un estado de cosas que chirría a nivel contable y a nivel estético.
Pero a lo que vamos, las cuentas de lo pagado cuando el titanic se hundía. Hay un orden: unos que cobraron mucho, otros que cobraron poco, y otros que no cobraron nada.
En ese ránking de los bienamados, el puesto principal lo consiguió con holgura la empresa hermanos garcía motril, que consiguió cobrar casi noventa mil euros.
Tampoco está mal la cifra conseguida por bagelsa, que consiguió un meritorio segundo puesto con cerca de cincuenta y siete mil euros, aunque siendo tan gorda la deuda aún le dejó a deber una pasta gansa: 167.534 euros.
La medalla de bronce fue para el amigo del alma (también se puede decir amiguito, como en los juicios esos de los trajes en que al final se demuestra que todo era un montaje del sastre y de los socialistas) barné, a muy poca distancia. Estudiar esta lista completa es instructivo. Pueden hacerlo en la página de izquierda hundida, como la llaman los auténticos padres de la patria.