El que está parado es porque quiere

Yo me enfadaba con mis amigos cuando en alguna conversación informal salía la frase que da título a esta columna. Pero hay veces en que la realidad nos obliga a cambiar nuestros esquemas ideológicos.

Hace casi dos meses que el señor alabarce renunció al sueldo de concejal para dedicarse a sus labores. Durante ese tiempo, la plaza ha estado vacante porque tenía varios novios, o mejor dicho, novias, y no se ponían de acuerdo acerca de quién debía ser la heredera del niño bonito.

Disputaban el sueldo mayormente dos concejalas llamadas helga y garciolo. Ambas esgrimían sus necesidades y mostraban sus méritos. Cualquiera de ellas podría haber sustituido dignamente al señor alabarce en su desempeño. Pero ninguna conseguía, por motivos que no alcanzo a comprender, el apoyo del líder indiscutible. A estas alturas, supongo que nadie cuestionará que esas decisiones se toman en marruecos entre cubata y cubata.

Para acabar de complicar el problema, entró en liza el señor pavesio, que ha llegado a las oficinas del sae después de bastantes años de disfrute de un adecuado y sustancioso sueldo público en diferentes organismos.

Con lo que no contaban ellas dos, y tampoco el señor pavesio, es con el cese de otro camarada llamado ángel ortega, un estratega que lleva toda su vida viviendo del erario público sin que se le conozca oficio ni beneficio salvo el docto conocimiento de la vida y milagros del ilustre notario blas infante. ¿Para qué te vas a preparar unas oposiciones, presentar un currículum o montar un negocio si tienes el futuro asegurado a la sombra del doctor?

El caso es que una vez acabada la guerra de la mancomunidad, el nuevo presi ha decidido prescindir de sus antiguos amigos convenientes y ha puesto de patitas en la calle al señor ángel ortega, que se ha tirado ahí cinco añitos muy buenos cobrando más que el director de mi colegio.

La guerra de la mancomunidad es un episodio grandioso que galdós habría considerado con interés. O vargas llosa, que contó de forma magistral la del fin del mundo. Pero por muy novelista que seas, nadie habría podido imaginar un final más sorprendente que el que le va a dar el señor rajoy.

Ocurra lo que ocurra con esto de la mancomunidad, la decisión del presi garcía fuentes ha puesto de relieve la capacidad de trabajo y la astucia del señor ortega. No se ha tirado ni dos semanas en el paro porque desde el mismo día que perdió el sueldo de la mancomunidad movió sus hilos para conseguir que el partido de la conveniencia lo contratara, y lo ha conseguido como sustituto del niño bonito. Así que ni helga ni garciolo. El partido de yanguas ha preferido perder el sueldo de un tercer concejal liberado y en su lugar han liberado como secretario de grupo a don ángel ortega, que habrá acreditado bastantes más méritos que el resto de concejalas y concejales de su partido. Me alegro por él pero me da un poco de pena por estas candidatas que seguirán trabajando por su partido, pero sin el sueldo que tienen la eva o el doctor.

Hoy todavía no toca hacer una columna sobre el sueldo del doctor. Tendrá que ser… mañaaaaaaaaana. Como dice mi madre, si dios quiere. Claro que, en este caso, lo que tenga que ser, será, aunque dios no quiera. Y, como dice el señor presidente del gobierno, se hará lo que se tenga que hacer cuando se tenga que hacer. O no.

Pero hablábamos de la postergación de garciolo o helga en aras al bien supremo que es darle estabilidad económica a don ángel. Con decisiones como ésta no debería extrañarnos que cuando la garciolo vaya a organizar sus vacaciones se pase por la agencia de viajes de dani barbero en vez de por la de benavides junior. Une ser de la herradura. Y une estar siempre para las duras y nunca para las maduras.

Nunca el doctor valoró adecuadamente el impacto que producen las patadas en el culo y las desconsideraciones. El último batacazo electoral debería haberle servido para reflexionar sobre eso pero me da que tiene otras ocupaciones más interesantes.

 

En cualquier caso, una columna que se precie tiene que finalizar explicando el título. Si un señor recién despedido encuentra trabajo tan fácilmente, es que trabajo hay. Pero hay que saber buscarlo. Ahora que van al paro los alpes y los orientadores de empleo, igual habría que encargar unas conferencias sobre búsqueda de empleo al señor ortega.    

Salud