La fiesta de la banderita

Aprovechando la remodelación de la carrera sería conveniente que el gobierno de la trini colocase una enorme bandera española que nos ayudara a salir de la crisis. Ya lo hizo el alcalde de motril imitando al ministro ese que tiene apellido relacionado con la cosecha del cereal. Hablo de ese ministro, el señor federico, que recibía a las viudas de los soldados dándoles una bolsa llena de restos que pertenecían a la otra viuda, o a dos o tres viudas juntas. El señor onetti escribió un día una novela llamada juntacadáveres, pero el tema era otro y el protagonista también. Era un hombre que no decía manda güevos ni tampoco confundía honduras con venezuela.  

Como ahora viene por almuñécar para que le den una chirimoya bien gorda, qué mejor gesto que ponerle a la vista una vistosa insignia de doscientos o trescientos metros que resalte nuestras señas de identidad. Por metros que no quede. En época de ajustes y recortes, bienvenido sea un estímulo al consumo. Por lo menos la tienda de las telas que haga negocio. Mi amiga trini debe dejarse de banderitas de poca monta en el altillo. Para el día de la patria, una con dos.

Por ahí se vislumbra la salida de la crisis. Claro que también podíamos poner en funcionamiento la fuente y colocar unos focos de colores que consiguieran un bonito efecto para esa rotonda, pero parece que no van por ahí los tiros. Son puntos de vista distintos.

Distintos son también el punto de vista de algunos jueces y el de la chusma, que sigue sin comprender los razonamientos complejos de mentes ilustradas que manejan el diccionario con soltura. Volvemos con el tema de las zorras. Ya lo explicó bastante bien el abogado del doctor hace un tiempo: no siempre decir zorra a una mujer es insultarla. Aquella disquisición del señor tastet sentó cátedra y estos días hemos podido escuchar a un ingenioso juez diciendo algo parecido. Cuando un marido acusado de malos tratos llame a su esposa zorra siempre podrá alegar que le estaba recordando lo lista que es. Pues esto, que es claro, hay gente que no lo entiende. ¿Por qué? Porque no tienen un buen diccionario en casa. Yo también tendré que comprarme uno para estudiarme a fondo el significado real de algunos calificativos que parecen insultos pero pueden llegar a ser incluso elogios si se estudia con atención.

Y hablando de jueces, ahora me acabo de acordar que hace casi tres años, un juez dijo que la adjudicación de la recaudación a una empresa privada era ilegal, y que ese tema lo tenía que llevar directamente el ayuntamiento. Pues tres años después la misma empresa sigue adelante con ese contrato que el juez dijo que era ilegal. Y aquí paz y después gloria. No parece que esté muy preocupado el señor juez porque se cumpla la sentencia.

Los que tenéis que estar preocupados sois los que dejáis de pagar algún recibo o multa. Dice mi amigo pepe, que de eso entiende, que os están cobrando costas ilegales y que si la multa prescribe, que da igual, que os la cobran también. Salvo que tengáis influencias, claro, que eso siempre ha funcionado. Vosotros seguid sin pagar y luego ya veréis, que estos no se andan con chiquitas. Una empresa que funciona como dios manda. Es verdad que no cumple la ley, pero a quién le importa eso. Haz la cuenta. Tres mil o cuatro mil recibos impagados. A cada uno le colocamos cuarenta o cincuenta euros de costas por el morro. Luego le sumas los recibos prescritos, esos que no se pueden cobrar de ninguna manera pero que se están cobrando. Salen número muy grandes. Ya te digo, eso funciona.

Pero lo que mejor funciona de todo es el gobierno. Si un sindicato denuncia que una empresa obliga a las trabajadoras a ponerse un cartelito para ir al baño, el ministro dice que ellos no van a hacer nada pero que los consumidores harían muy bien boicoteando a esa empresa. Si un periódico destapa que los directivos de una caja de ahorro, y de otra, y de otra, y de otra, cobran unas indemnizaciones que da hasta vergüenza, el ministro dice que ellos, los del gobierno, no van a hacer nada, que bastante tienen con congelar las pensiones o bajar el sueldo de los carteros y las enfermeras, pero que le parece muy mal.

En cualquier caso, la salida a la crisis está cada vez más cerca. Tanto mariano como jose luis se han puesto de acuerdo en que para frenar el déficit y disminuir la deuda, lo mejor será gastarse tropecientos millones de euros en ponernos un sistema antimisiles de los buenos, de marca, para defendernos de esa amenaza tan importante que nos tiene sin dormir. Yo ya estoy más tranquilo desde que he leído la noticia.

Salud