Ayer leí en algún sitio que una asociación ecologista de mujeres, o una asociación de mujeres ecologistas –ignoro si el orden de los calificativos nos lleva a una diferencia sustancial- denuncia al ayuntamiento por podar las palmeras cuando no se debe. Dice su presidenta, la ilustrísima señora virtudes santaella, bien remunerada por este ayuntamiento durante bastantes años, que “existe una normativa de la Junta de Andalucía en la que se prohíbe expresamente la poda de palmeras durante los meses de noviembre a febrero, según recoge el DECRETO 77/2010”.
Yo supongo que la jefa esta de las ecologistas habrá querido decir lo contrario de lo que pone la nota de prensa, porque si estuviera prohibido podar de noviembre a febrero, es que se debería podar de febrero a noviembre, y como estamos en agosto, pues eso, que supongo que alguien se ha equivocado al hacer la nota. Pero, claro, al ver el atentado tan cruel perpetrado por nuestro ilustrísimo ayuntamiento, me he animado a leer el decretito ese. Dicen los botánicos de la junta en ese magnífico decreto que ‘En las especies más sensibles (Phoenix spp.) las labores de poda sólo se ejecutarán en los meses de noviembre a febrero.’
Aclarado, pues, lo de las fechas, ya sólo nos queda preguntarle a doña virtudes si está ella segura de que las palmeras podadas son estas sensibles, las phoenix spp, o no, porque si han podado las insensibles, esta denuncia de la virtudes queda un poco chafada. Así pues, lo que procede es que doña virtudes averigüe primero qué es eso de palmeras sensibles o palmeras insensibles, y que luego se entere de si aquí le han metido mano a las primeras o a la segundas. Y entonces, ya, que se encadene a una palmera o que llame a ecologistas en acción y organicen una gran movilización contra el excelentísimo ayuntamiento. Incluso se podría ver la relación diacrónica entre la problemática del picudo rojo, la importación de palmeras foráneas por parte de anteriores alcaldes motrileños y la relación de gastos e ingresos palmeriles. Sin descartar una auditoría sobre la historia de la plamera en el municipio.
A ver si un día de estos me paso por la sede de la asociación de mujeres verdes y, mientras comentamos estas posibilidades, me cuentan sus campañas en defensa de la ecología sexitana en años anteriores porque mi memoria ya va siendo floja y a veces necesito que me estimulen los recuerdos. Así, a bote pronto, recuerdo poco de sus hazañas ecologistas, pero ya digo, a lo mejor es sólo problema de memoria. Me pasa lo mismo que con las denuncias de la apyme, que no las recuerdo.
Otro que se estrena ahora en esto de la denuncia es el señor farmacéutico del pecuatro, que es casi vecino por parte de negocio del señor zambrano. Dice este joven que el aparcamiento del pecuatro ha estado cerrado algunos días creando un perjuicio grave, o gravísimo, a la economía de los comerciantes representados por él. Le podía haber preguntado al juanjo, y éste la habría dicho que había que quitar los postes que cada año ponen para el ferial. Yo lo digo aquí porque como estos del equipo de gobierno parecen mudos, pues para que se sepa.
Y hay otras chicas que denuncian algo de un centro de la mujer. Esa denuncia está muy bien redactada por quien sea. El titular causa impacto. Podían haber dicho: ‘Un grupo de fans de yanguas protestan porque la concejala de cultura les quiere cambiar el local de sitio’. O podían haber escrito: ‘Las feministas andalucistas defienden con uñas y dientes el derecho a tener un local de puta madre en la casa de la cultura mientras asociaciones con muchos más asociados y asociadas se apañan con localillos de tres al cuarto’. Pero no, el titular espectacular, dice: Las mujeres de Almuñécar protestan en defensa del Centro de la Mujer “Elena Blanco” .
Yo le he preguntado a mi señora y ella dice que no sabía nada de la protesta. Como había reunión de la comunidad, le ha preguntado a la vecina del segundo be y a la del primero a, que son muy amigas, y tampoco sabían nada, así que me ha pedido que escriba un titular más apropiado como: ‘Las mujeres de Almuñécar, menos tres al menos, protestan…’
Lo del titular no sé si será cosa de la periodista o de las protestonas, pero quiero que quede constancia de la protesta de mi señora. A ella no la han consultado. Mientras escribo esto, mi niña, que ya es toda una mujer, me dice que a ella tampoco. No, si al final, va a ser mentira el titular. Mientras no sea mentira todo lo demás…
Salud