Aserrín, aserrán

Mi amigo joaquín está triste y ojeroso desde la noche de san juan. Venía el hombre cargado con sus dos sillas, la mesa, una nevera más grande que la cabeza del alcalde, dos bolsas llenas de comida, las toallas, la ropa, dos esterillas para él y su novia, una caja de condones por si había suerte y la noche terminaba bien…

Quitando lo de los condones, como todo el mundo más o menos. Dio catorce vueltas por la playa, por el majuelo, por el loro sexi y nada, no había manera de dejar el coche y soltar la carga. Y el morgan esperando en la pisá la vaca. Ya cerquita de las diez tomó una decisión drástica que luego se demostró equivocada: aparcaré aquí mismo pisando un poquito el paso de cebra, de todas maneras quedan aún casi dos metros para que la gente pase.

Fue lo primero que me dijo: morgan, he dejado ahí el coche al lado del loro sexi pisando un poco el paso de cebra. No creo yo que hoy los municipales… noche de san juan, no, no creo yo. Yo miré a mi novia, mi novia miró a la antonia, ella miró a su querido esposo, su querido esposo miró a la nevera y le dijo: ¿queréis una cerveza fresquita?

La amiga de mi novio comentó, para reforzar la tranquilidad de su novio: además, aquí será como en graná, que con esto de los recortes los guardias se han cabreado y no multan a nadie, ¿verdad?

Como nadie contestaba, mi amigo empezó a abrir las sillas, pidió esa cerveza que le habían ofrecido y sacó una tortilla que, como luego pudimos comprobar, estaba de escándalo.

La noche acabó mal porque la caja de condones se fue intacta. Eso era algo con lo que ya contábamos todos, incluido mi amigo. Lo estaba comentando entre risas y cantando eso de aserrín, aserrán, cuando su novia descubrió un papelito rosa con forma rectangular que en uno de sus apartados ponía doscientos euros, y cien si lo pagas pronto.

La verdad es que se fueron con una mala hostia que ya no tuve tiempo para contarle que eso se arregla con un pliego de descargo razonando con mucha educación que el concejal de mantenimiento aparca todos los días encima de la acera para tomarse su cafelito en el manolo y nunca le han multado. Como la concejala de tráfico no será ajena al criterio de justicia que debe regir en este planeta, pronto comprendería que si el chavico, al que también llaman el enfastaor, aparca encima de la acera, saluda al municipal que vigila el paso de los niños a la santa cruz, se toma su cafelito, vuelve a saludar al guardia de turno y luego se marcha tan tranquilo, ese mismo criterio haría que un pequeño desliz en la noche de san juan donde no había cojones de aparcar, sería analizado con más comprensión que rigor. Más o menos con la misma comprensión con que ella se analiza y se quita SUS multas.

Pero mi amigo se fue echando leches y desde entonces no he conseguido hablar con él. Lo he llamado varias veces y está comunicando. Ayer me llamaron doce veces desde que acabó el telediario hasta que terminó amar en tiempos revueltos, y siempre me levantaba ilusionado pensando en que sería mi amigo que llamaba para decirme que bueno, que tampoco pasa nada, que ya se pagará, o que ya había gastado parte de la caja de condones, pero siempre eran los de telefónica, los de orange, los de vodafón o los de yapuntocom. 

Igual hoy me llama y le puedo contar que el aquatropic está abierto aunque no tiene permiso, que el parking leo está cerrado no se sabe muy bien por qué, y que la rotonda esa tan estúpida que había en san Cristóbal la han echado abajo para hacerla de nuevo porque no podía pasar ni el microbús de peña escrita. Tampoco será un gasto tan excesivo, al fin y al cabo, lo de las rotondas mal hechas en este pueblo ya tiene tradición.

Por cierto, quisiera confirmar si es verdad que en la estupenda romería nacionalista a peña escrita hubo cuatro gatos y si es verdad que el alcalde, faltando a su palabra y al acuerdo de la junta de gobierno, dijo que había que cobrarles la entrada a todos, incluso aunque fueran del partido. Eso sí que sería una verdadera señal de cambio. Porque indicaría que el valeroso yanguas tiene miedo a que lo pillen en un renuncio por una chorrada como esas.

Salud