balú y mowgli

Aún recordamos enternecidos –al menos yo- el bonito gesto del delegado de medio ambiente regalando tortugas bobas al acuario o el de esos civiles de la moto trayendo un monito a peña escrita. Y ahora nos despertamos con esta bomba informativa que copa las portadas de los periódicos comarcales.

Tengo que confesar que estoy emocionado. Bastante más emocionado de lo que usted pueda imaginar. Hace pocos días hablaba de piruleta, lolipop y chupachups. Ahora es el turno de balú.

Hoy he conocido la emotiva noticia de que ya ha sido bautizado como balú un osito al que hemos tenido bastantes días en peligro espiritual. Ha sido algo insensato retrasar tanto el bautizo. Supongo que don eugenio me dará la razón. Imaginen que una desgracia hubiese acontecido en estas semanas a nuestro recién nacido. Según el catecismo ahora tendríamos un osito en el limbo. No en el infierno, que a ese sólo irán los aprobadores, defensores e impulsores de la ley del aborto, pero sí al limbo, ese lugar sin techo ni paredes, ni frío ni calor, al que van aquellos seres desgraciados que aún ignorantes de la impiedad, la perversión, la talega o la simonía, llevan la carga infamante del pecado original.

Estoy emocionado por el final feliz que ha tenido el osito y contento por el nombre. El libro de la selva, mowgli, baggeera. Tan tierno y tan democrático. Luego saldrán los amigos de fermin té diciendo que en este pueblo no hay democracia. O saldrá el pacoprados diciendo que el alcalde tiene abandonados a los animales abandonados. Habrase visto mayor desatino. Si esos individuos, o sujetos, que hicieron el albergue para animales abandonados, fuesen de fiar, y los animales elegantes, ya estarían todos en peña escrita, ellos de gerentes, y los bichos de huéspedes. Pero si allí no hay más que gatos y perros sin pedigrí, qué coño quiere pacoprados, ¿que nos gastemos un pastón en pagarles el albergue? Anda ya.

Tanto pacoprados como fermin té olvidarán este gesto tan bonito de democracia participativa, tacharán de ridículo, patético y cursi este bautizo popular y acusarán al alcalde de olvidar los problemas de las mujeres estas comunistas que trabajan en la ayuda a domicilio y, paradójicamente, no saben aplicar con el alcalde esa paciencia que en su trabajo debería ser cotidiana. No se hizo zamora en una hora, señoras de adhara, ya cobrarán ustedes, y no metan tanta bulla que no está el horno para bollos. Ustedes, al fin y al cabo, viven aquí, se quedan aquí, pueden comer en casa de su madre o su cuñado. Pero, ¿y esos escultores sirios que han atravesado el mare nostrum para regalarnos su arte? ¿y ese historiador calvo que antes de escribir novelas era candidato eterno del partido andalucista en córdoba? ¿Tendrán que cobrar antes esas criaturas que tienen que irse a su tierra? ¿O les pagamos a ustedes y los dejamos a ellos esperando? Un poco de paciencia, señoras. Que actúan ustedes como si el alcalde mowgli no tuviera otra cosa que hacer más que solucionar estos problemas tan estúpidos.
Salud