6/11/09
Las rayitas del acuario
Confieso estar emocionado por el feliz parto de las rayas acuarias, o como les llaman cariñosamente en un digital hermano, las rayitas. Hay mucha gente que tiene cierto cariño por las rayitas, e incluso por las rayas. Los artistas, los grandes artistas, y los políticos, los grandes políticos, incluso los empresarios, los grandes y entusiastas empresarios, a veces confiesan en privado, tocándose con un dedito la nariz, su amor por las rayitas.
Han nacido cuatro rayitas a las que han bautizado con sonoros nombres que resultan algo inapropiados para diabéticos pero que tienen un nostálgico regusto a infancia: piruleta, lolipops y chupachups. Ignoro si don eugenio ha celebrado la liturgia correspondiente o si han sido bautizadas por lo civil, que es algo que se está imponiendo, y mucho, desde que la gente va a ver las películas de amenábar y aprende esas cosas de los parabolanos, la fé y la piedra.
Nos dicen que hay una rayita que aún no está bautizada y no creo oportuno que este estado se prolongue en demasía porque un infortunio que nadie desea, pero que no está en nuestra mano evitar, podría crear serios problemas con vistas a la feliz eternidad que cualquier buena persona puede desear a este pececito entrañable.
Podríamos hacer, es una idea que brindo al magnífico equipo de gobierno y protocolo que rige este municipio, algo similar al brillante experimento de democracia activa practicado con otros animalitos más grandes del zoo que nos vigila desde las alturas.
Como bien explican en la entrañable noticia que ha conmovido mi quizá demasiado duro corazón, ‘es sin duda una gran noticia que nuestras rayitas hayan nacido sanas y, por qué no decirlo, muy bonitas.’. Eso es, ante todo bonitas, que cuando se miren en el espejo, no tengan esas dudas existenciales que comenzaban con una pregunta inocente y quizá algo casquivana para terminar convirtiéndose en ocasiones en motivo de un drama más que considerable.
Quizá la vida feliz de estas rayitas pueda verse enturbiada en un porvenir no muy lejano si se confirma ese dato de que el acuario no va muy bien de ingresos y que por ese motivo le ha pedido al ayuntamiento que le rebaje la cuota a pagar al municipio, algo que nuestro equipo de gobierno ha aceptado con la misma premura que pone en archivar sin pagar las facturas de la empresa que ayuda a los mayores a pasar estos duros años de su existencia.
Claro que todo es cuestión de echarle imaginación. Este verano recuerdo que leí una curiosa información según la cual, un día normalito de mitad de la semana el acuario había tenido importantes colas de turistas aburridos que buscaban a los tiburones porque el cielo se había llenado de nubes y en la playa no se estaba tan bien. A lo mejor tenemos que plantearnos traer un par de días en semana a esos individuos que echan nosequé a la atmósfera y consiguen que llueva donde ellos quieren cuando les da la gana.
Sea esa solución, o sea otra que se le pueda ocurrir a mi amado yanguas, lo cierto es que algo habrá que hacer para que la chica que vende las entradas a doce euros no esté tan aburrida mirando todo el día al caballito de mar y viéndole el culo al mercado.
Salud
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