25/9/09
Perdiendo las esencias
Algunos empresarios sexitanos se empeñan en imitar lo peor de otras latitudes. He sentido rabia e indignación al enterarme de que unos compatriotas planeaban manifestarse en protesta por las multas que el gobierno municipal les ha impuesto recientemente.
Ya sé que en motril es habitual leer en los medios de comunicación escritos de protesta, denuncias y panfletos de todo tipo escritos contra carlitos rojas por las obras de la avenida salobreña. Ya lo he visto: decenas de comerciantes con nombres y apellidos, de forma individual, asociados, solos o acompañados de dirigentes políticos, no cesan en sus escritos contra el camarada rojas.
También he visto y leído a los comerciantes del zaidín en granada quejarse contra las obras del metro. Y un par de concentraciones por ese mismo motivo han organizado los comerciantes de maracena.
Pero lo que me quedaba por ver es que unos cuantos comerciantes almuñequeros estaban planeando hacer lo mismo contra el gran yanguas.
Yo no entro en política pero me parece feo que perdamos nuestra idiosincrasia. Aquí en almuñécar podemos presumir de que nadie levanta la voz contra el jefe. Y así debe seguir siendo, en mi opinión. Es nuestro genuino modo de ser el que se pone en cuestión más allá de anécdotas.
¿Por una multa de más o de menos vamos a echar por tierra años de tradición? Habría que reflexionar con serenidad sobre este asunto porque nos jugamos el futuro del ser almuñequero. Quizá unas jornadas sobre el tema organizadas por el centro mediterráneo de la universidad serían necesarias en estos momentos de confusión moral.
No quiero ni pensar en qué municipio nos íbamos a convertir si ahora nos convertimos todos en promotores de algaradas y acabamos viendo nuestras calles sembradas de octavillas llamando a la manifestación turbulenta contra las multas hoy, contra la zona azul mañana, y quizá un día no muy lejano, contra el equipo de gobierno en abstracto como símbolo de todos los males.
Si hay que correr a gorrazos al inspector que ha fotografiado la intimidad de las terrazas, hágase, pero dejen en paz, por favor, al señor alcalde, porque si empezamos perdiendo el respeto en temas como éste, no sabemos dónde se puede acabar.
Con humildad y buenas maneras, vayan ustedes señores comerciantes al despacho de antoniodíaz otra vez, y al de danielbarbero, y hablen con la cele incluso, pero dejen en paz al señor alcalde, que él de eso no tiene ninguna culpa, como no la tuvo en el cierre de la tele, y como no la tiene en la falta de respuestas al defensor del pueblo andaluz.
Metan mano al inspector por sus fotos inconvenientes, juzguen, y condenen incluso, a miguelávila y a ese probo funcionario que cambió una cerradura de la tele por exceso de celo, acusen a la señora concejala de relaciones institucionales, doña evagaitán, por no querer cartearse con chamizo. Pero dejen de echarle la culpa de todo a don yanguas. Les aseguro que él no estaba ni cuando lo uno ni cuando lo otro. Déjenle ser feliz en su cortijo del moro y pidan, esto sí que debería ser recogido por la oposición, pidan un aumento de las retribuciones del alcalde y la responsable de turismo, que bastante tienen con aguantar a esta pandilla de desagradecidos que tenemos en el pueblo.
Salud
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