Siempre llego tarde a estas cosas. El trabajo que me habría costado hacer un titular como este el día siguiente a las elecciones. No que, como siempre, se me ha adelantado el doctor. Es que es un crack. Hay que reconocerlo.
El domingo por la noche contó los votos, y vio
que tenía un montón menos que la trini. Sí. Contó los concejales y vio que
tenía uno menos que la trini. Sí. Sumó sus concejales a los del único que tal
vez a lo mejor quizá estaba disponible para una entretenida conversación. Y vio
que solo llegaba a diez. Contó los escaños de la mancomunidad y la diputación.
Y vio que no había por donde salir del atolladero. Y entonces pensó hacer una
bonita declaración: no me veo como alcalde.
Eso sí, añadió una coletilla con errores
matemáticos evidentes. Dijo, en concreto: vuelvo a la medicina trece años
después. Ahí se ha tenido que equivocar el hombre porque echando las cuentas a
todo el mundo le salen más de trece. ¿O es que alguno de ustedes lo vio de médico
en 2002? Yo creo que hay que remontarse
a los buenos años de felipe para ver a este hombre con la bata del médico. Pero
en fin, no deja de ser un desliz matemático de poca importancia. Igual él se
siente así más feliz.
También se debe haber sentido feliz al declarar: una carrera
política tiene que ser temporal. Y es verdad. Si no decimos cuánto tiempo, el
hombre lleva razón. Temporal. Como cuando llueve mucho y el viento arrambla con
las cosechas. Eso también es temporal. Pero dura menos, afortunadamente que
este otro temporal que nos cayó cuando el buen hombre decidió que la medicina
no era lo suyo porque se realizaba más, bastante más, firmando convenios ilegales.
Ahora tiene un chalé de puta madre y otro para sus vacaciones. De médico no sé
yo.
Ha añadido que la cortesía es necesaria en política, y que
por ello llamó la noche de las elecciones a la bruja de la verruga para
felicitarle por su triunfo.
Ha insinuado también que el equipo ganador ha hecho trampa
al prometer trabajo a cambio de votos, algo que a él ni se le hubiese pasado
por la cabeza.
Y ya está. Estamos en junio. Como se dice de los
entrenadores cuando su equipo va mal, este no llega a navidad. Tiempo al
tiempo.
A todo esto, la cospedal acaba de declarar que no se ve como
presidenta de castilla la mancha. Qué tía más guay. Pero es más divertida la
esperanza. De hecho, hasta el día de la investidura no descarten ustedes en
almuñécar alguna broma tipo esperanza. Sería una ruptura demasiado fuerte con
la tradición.
Salud
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