Después de un largo tiempo sin escribir nada, retomo esta reciente
afición porque veo que el panorama político se anima y porque ahora, la
verdad, tengo más tiempo para dedicarme a mis actividades de ocio, y
esta va a ser una de ellas, aunque no sé por cuanto tiempo.
El señor Morgan maneja documentación acreditada, y la maneja
con solvencia, aunque con el defecto de que siempre usa sólo un tipo de
documentación: aquella que supone hará daño al señor Benavides. Leo con interés sus análisis acerca de los viajes de los
corporativos y he detectado algunas pequeñas incorrecciones pero que no afectan
de manera relevante a la información aportada. Más que nada, y eso debería
preocuparle al señor Morgan, detecto omisiones. Quizá si su trabajo fuese más
escrupuloso lograría aumentar el volumen de gasto que él califica como
derroche.
Creo que el señor Morgan ya mismo debería comenzar a aportar
otro tipo de cifras relativas al gasto en viajes de los actuales corporativos.
Si él no lo hace, alguien tendrá que hacerlo. Tal vez me anime aunque no sea
esta una afición que me llame la atención de manera especial. Entre paréntesis
tengo que admitir que el gasto actual es muy inferior al que se practicaba hace
seis años, pero no creo yo que sea por una virtud de los actuales corporativos
sino más bien porque tienen miedo a saciar sus instintos por el qué dirán. Aún
se sienten débiles. Habrá que darle un tiempo para ver en qué terminan.
Por ahora, le haré el juego al señor Morgan poniendo de
relieve algunos datos que a buen seguro refuerzan su tesis acerca del carácter
dilapidador del señor Benavides. Eso sí, estos datos que hoy publico ponen de
manifiesto también las lagunas del señor Morgan al informar a su público. No es
tan fiero el león como lo pintan. Ni tan astutos sus colaboradores cuando
indagan entre carpetas que apenas conocen.
Me animo a dar estos datos porque, contándome en el número
grande de aquellos que no consideran al señor Benavides como el mejor alcalde que
ha tenido este ayuntamiento pero tampoco el peor, bien es verdad que hay que censurar un estilo de
hacer presupuestario que no cuadra con la austeridad que hoy se pide y exige y
que debería haber sido norma común de todas las administraciones en todo
momento.
Como habla el señor Morgan de un viaje, creoque justificado, del señor Benavides a Cantabria para visitar el Parque de
Cabárcenos, quiero completar su información señalando que debe ser completada
con esta otra de la devolución de la visita que realizó el señor Santiago
Borragán, director del Parque de Cabárcenos.
Cuando el señor Santiago Borragán, persona encantadora donde
las haya, y yo no utilizo la ironía, visitó Almuñécar en 2.007, se alojó
en el
Hotel Bahía Almuñécar del 17 al 24 de septiembre. Como se puede
comprobar,
parte de su estancia estuvo acompañado por el señor Benavides, pero otra
parte, cuando Benavides tuvo que ir a Alemania en visita institucional,
estuvo acompañado de otros miembros del equipo de gobierno. La estancia
del señor Borragán costó
719,04 euros.
En esas fechas, también pagó el ayuntamiento dos comidas del
señor Borragán con el señor Benavides y con otros corporativos y
técnicos municipales.
Las comidas las facturó el señor Juan Rodríguez Pérez con un importe de
321 y
474,01 euros respectivamente. Podría decir donde y cuando se hicieron
exactamente pero eso lo dejo a la mente escrutadora del señor Morgan que
parece tener mucho tiempo libre y un instinto de investigador fuera de
lo común. (Tal vez equivocó los estudios, pero no me quiero meter en
eso).
¿Es excesivo que una corporación invierta mil quinientos
euros en acoger unos días a uno de los técnicos más prestigiosos en parques de
la naturaleza? Yo creo que no. ¿Es normal que se le invite a comer en un buen
restaurante o se le paga un menú de diez euros? Yo creo que se hizo lo que se
tenía que hacer. Pero esa es una opinión personal. Como personal es la del
señor Morgan. ¿Quizá se podía haber hecho lo mismo con un gasto menor? Tal vez.
Pero eran otros tiempos en los que se miraba menos por el dinero. Había, en
todos, más alegría.
Espero que nadie se tome a mal esta aportación. Ni el señor
Morgan, por celos, ni el señor Benavides porque quiera ver otro enemigo. La
transparencia nunca debe ser un enemigo. Aprendamos de los errores o de los
excesos del pasado para mejorar.
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