Mubarak, localizado

Los servicios secretos de ferminté han localizado a mubarak este fin de semana. Mientras la cia y belenesteban daban por seguro que el líder egipcio estaba escondido en unos baños árabes del sur de Egipto, un infiltrado de fermínté en la tropa convergente ha podido fotografiar a ambos dirigentes (¿se dice así, dirigentes, cuando se habla de tipos como estos?) tramando algo en el cortijo de yanguas en el morocco.

Como se puede apreciar claramente en la foto, yanguas sostiene un cheque que no sabemos si va a entregar a mubarak para que se presente por ítrabo y costee la campaña, igual que ha hecho con su amigo rubiales, o si se trata, por el contrario, de un cheque que mubarak entrega al gran líder sexitano para que compre doscientas vallas más.

No debería de contarlo, pero el fotógrafo es un morillo que tienen los comunistas infiltrado en el chalet de morocco. Oficialmente, es el que compra las gambas y el vino, pero su tarea principal es abastecer a yanguas y sus invitados de ron pálido y pan de alfacar. El hombre tiene sus contactos y se le da bien ese contrabando. Ya habrán deducido ustedes que es el mismo que hizo las fotos que hemos publicado aquí hace unos días en las que se veía a unos simpáticos moteros y moteras echando un rato agradable con el señor ese que ocupa su tiempo actual en hacer homenajes.

Al fermínté le ha gustado eso de las plaquitas, los homenajes y demás, así que ahora se ha puesto a coger firmas para que el ayuntamiento haga un monumento a las víctimas de la desbandá. El sábado estuvo en el mercado con sus amigotes. Yo pasé un rato por allí y los vi muy entretenidos. Además de coger esas firmas, estaban cogiendo otras de gente que apoya la candidatura de izquierda hundida, y ya verán ustedes qué sorpresa cuando hagan pública la lista. Hay un mogollón de gente que yo no me podía ni imaginar que iban con los rojos. Igual es que es verdad eso que dice el periódico independiente del costatropical, y la trini y el fermínté han hecho un pacto y ahora hay mucha gente de todos los colores que quiere a fermínté, pero mi señora no se lo cree. Dice, y a lo mejor lleva razón, que si el fermín quisiera arreglar sus asuntillos particulares, más fácil le habría resultado apuntarse a convergencia. No sería el primero.
Salud