La justicia existe

La prueba evidente de que la justicia existe es que nuestro amado alcalde aprueba con buena nota en todos los exámenes recientes ante la audiencia. En cuanto se quitan del medio los jueces interinos, novatos, sustitutos y torpes, dando paso a expertos de la jurisprudencia, yanguas saca buena nota. Y mientras tanto, el chorizo de garzón, que pretendía juzgar los crímenes del franquismo y desenterrar huesos, está a punto de ser procesado. Hay justicia, por lo tanto, y sólo los necios pueden pretender lo contrario.

Antes, mucho antes, se decía tarancón al paredón. Ahora ya debemos ir inventando un pareado que nos sirva para garzón, porque lo del paredón suena fuerte en un país democrático, y porque la poesía debe evolucionar, como lo hacen las mafias, por ejemplo. Yo no he encontrado un buen pareado aunque sin haberlo pretendido uno malo me ha salido, pero seguro que los amigos de la columna igual encuentran uno.

Para ayudar en la búsqueda de pareados les puedo sugerir adjetivos y sustantivos que están en el código penal y que algunos han pretendido, con escaso éxito, colgárselos al alcalde más respetuoso con la legalidad de la historia española, ese tal yanguas. Vocablos como prevaricador o corrupto pueden ser utilizados en el caso de garzón para buscar una rima asonante o consonante, mejor esta última sin lugar a dudas.

Mientras garzón habla con su abogado, y aún me pregunto el por qué no habrá recurrido a tastet, zapatero reza por los jornaleros que no reciben su jornal al terminar el día, mientras mister obama y sus amigos ríen de no sabemos muy bien qué.

Es verdad que zapatero está pasando malos momentos, pero siempre le queda el botín. Antes se hablaba de las verdades del barquero, pero quizá sea más apropiado hablar de las obviedades del banquero. Hemos ganado este año de crisis más que el anterior, piensa botín, y aún hay quien dice que zapatero lo está haciendo mal.

Ánimo, zapatero, sigue fuerte con tu programa socialista: las pensiones y los sueldos abajo, los impuestos a las grandes fortunas abajo, las cotizaciones a la seguridad social abajo, la indemnización por despido abajo, el iva de la barra de pan arriba y a seguir muchos años con esta política de izquierdas. Siempre nos quedará el deuteronomio.

Después de oír a mariateresa y a joseluis, los amigos y amigas del pepé tienen difícil responder cuando les preguntan con uno de esos micrófonos que tanto le gustan a la esperancita. Pide el periodista opinión sobre esa propuesta de alargar la edad de jubilación y balbucean. Coño, pero si eso es lo que haremos nosotros cuando gobernemos. Al día siguiente les preguntan por rebajar el despido y dicen: Joder, a ver cómo digo yo ahora que no, si eso es lo guay. Y así con todo. Lo están pasando mal estos montoros y cospedales que tiene que dar la cara día sí y día también. Menos mal que son listos y se han aprendido eso de no es el momento, o aquello otro de las cosas hay que hablarlas, o la respuesta más genial: sin consenso, nada de esto tiene sentido.

Lo que está claro es que después de leer con atención las propuestas del gobierno, hay que hacer un esfuerzo de orientación para volver a situar los puntos cardinales. Estamos todos un poco despistados. Incluso mariano. Tan despistado va a quedar rajoy que cuando le toque gobernar igual hace lo que le dice cayolara. Ojalá, dice mi señora, que está muy ilusionada porque su partido no deja de subir y va ya por encima del seis por ciento en las encuestas. Todavía no ha aprendido que al final pasa lo que pasa, pero en fin, la esperanza es lo último que se pierde, como dice gallardón.