2/3/09

La casa morgan

Esta semana estoy un poco decepcionado con mi alcalde. No está bien lo que ha hecho. Me he tenido que enterar por la mariló de que ha inaugurado mi casa y no me ha dicho ni mú. Eso no se hace. Y menos con un amigo. Es verdad que mi señora y usted son agua y aceite, pero yo siempre he sido un admirador suyo. Claro que lo de la casa morgan…

Mire usted. Cuando yo iba para la herradura, ya llegando al mirador, sacaba mi mano por la ventanilla, señalaba al monte y decía a mis amigotes: mira, esa es mi casa. Me hacía ilusión. Supongo que usted hará algo parecido: mira, esa es mi casa, bueno, la de mi ex. Usted y yo teníamos la casa por el mismo sitio. Eso a mí me gustaba.

Así que cuando empezó a arreglarla, a mí me dio alegría. Cada vez que veía allí a las máquinas del barnet, a los obreros del ayuntamiento, a los arquitectos, yo me ponía contento, qué quiere que le diga. Al fin y al cabo, es mi casa, la casa morgan.

Es verdad que mi mujer ha criticado que se gaste usted allí tanto dinero. Tiene narices, me dijo ayer, cincuenta kilos gastados en la casita, dicen los de iu. Pero yo creo que se quedan cortos, porque esos no han metido la carpintería municipal, ni los trabajos del programa de formación ni otras cositas que ya nos iremos enterando. Eso me dijo mi mujer, que ya sabemos como es. Tiene sus manías de izquierdosa.

Lo de que el negocio lo lleve el jotaerre pues lo veo regular porque ese hombre va a terminar estresao. peñaescrita, el horno de cándida, ahora el palacete del escamado cuando se termine, su chiringuito de san cristóbal… no se puede abusar de las personas así. Ya sé que es de confianza, pero si seguimos echándole faena, el pobre va a terminar regular. Hay que pensar en los amigos y no abusar de ellos. Es mi opinión.

Tampoco me ha gustado que ahora la cocina la vaya a llevar un hombre. Siempre estamos igual. Las mujeres son las que cocinan, pero luego la fama para el arguiñano y cuatro tipos con bigote. Su señora, su ex, es la que tenía que estar ahí, guisando con alegría. Sería el complemento ideal para el negocio, pero claro, como no me consulta usted estas cosas, pues pasa lo que pasa.

Y, aunque esté molesto, le voy a dar otra idea. Dice la mariló que allí hay 400 metros. Pues ese es el sitio bueno pa poner la emisora. Un buen repetidor y ya se ve la tele de miedo. Y desde su casa de usted, ni le cuento. Ni una raya, ni un puntico, perfecto. Ese es el sitio para la tele y no ahí metida en la carrera, al lao del manolito novo. Eso no debe ser ni bueno para las emisiones, alcalde.

Pero ya le digo, estoy molesto por la falta de tacto con que ha actuado usted en esto de la casa morgan. Y eso no es todo. Usted sabe que yo soy, ante todo, una persona de orden, educado, amante de las buenas formas. Y en el último pleno me ha dejado frío. Yo no me lo podía creer cuando me lo dijeron. Eso no lo ha dicho yanguas, le dije al tal iván el otro día que me lo encontré en el manolo tomándome una cervecita. Que eso no lo ha dicho el alcalde, que eso te lo has inventado tú, (o que lo has dicho tú, pensé yo). Pero llego a mi casa y me dice mi señora lo mismo. Que tu alcalde no tiene clase, me dijo. Que habla con muy poca vergüenza. Y como ya estábamos discutiendo en voz alta, me puso el ordenador y me metió en la página web de su partido, de iu, y allí estaba. Le da al ratón y sale la voz de mi amigo yanguas diciendo: Pero cuando le abrimos expedientes a la empresa por incumplimiento de contrato, cerca de un centenar en el mes de agosto, pues resulta que es que estamos persiguiendo a la empresa. .. tóqueme usted a mí los pirindolos, tóquemelos usted a mí.

Lo tuve que escuchar dos veces, alcalde, porque no me lo creía, pero ahí estaba, era su voz. No sé si se estaba usted dirigiendo al tal iván, al luis77 o al pacoprados, no lo sé, la verdad, pero a mí me ha decepcionado otro poquito, así que entre eso y lo de la casa, esta semana estoy regular de ánimo. Menos mal que ayer me fui a otívar a ver a triana, yo soy de esa generación, sabe, no fumo porros, pero bueno, aquellos años… la nostalgia que me pierde. En fin, que me lo pasé bien porque aunque ninguno de los que tocaba era triana de verdad, tocaban muy bien, y pasé un buen rato. Sobre todo, que durante un par de horas me olvidé de las cosas tan raras y tan cutres que a veces pasan en almuñécar. Salud

8 de diciembre de 2007

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