Dice ella, la señora mariadolores que se trata de ‘una amarga victoria que ha premiado a los que han hecho del ataque su mejor defensa, difamando que algo queda.’. Aclárate, chica, porque esta frase tiene bastantes interpretaciones. Localicemos primero quiénes son los que han hecho del ataque su mejor defensa, los difamadores. Una vez localizados, mariadolores, ya podemos ver si la victoria es amarga como el culo de los pepinos asesinos o es dulce como el zumo de la chirimoya.
En otro párrafo de su exquisita reflexión dice ella que ‘han decidido premiar a quienes han hecho de la venganza su único fin, sin más empeño ni metas que la de ver derrotado al enemigo.’ De nuevo la ambigüedad, mariadolores. ¿Quiénes serán esos que han hecho de la venganza su único fin? Ya sé que tienes memoria corta y no recuerdas a vicente ni a su tele, ya sé que olvidaste pronto el nombre, apellido y apodo de tus amigos en horas bajas. Olvidaste a tus amigos, pero sobre todo, a tus enemigos. Todo eso lo sé. Y lo sabe más gente, claro. Ese es el problema.

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