10/8/15

Hace seis años


El 9 de agosto de 2009, un cuidador de animales de peñaescrita era atacado por un león. A punto estuvo de perder su vida, pero los reflejos, la fuerza y la suerte estuvieron de su lado.

Salvó la vida pero poco después perdió su puesto de trabajo. Pocas veces en la vida se ha visto una injusticia así. El despido de joaquín fue la constatación terrible de que el máximo gobernador del ayuntamiento no tenía, entre sus cualidades, la lealtad, ni el agradecimiento, ni la justicia.

Ayer, en la caseta, mi amigo juanmanuel me lo recordaba. Hace seis años que joaquín estuvo a punto de perder la vida. Afortunadamente, mantuvo la vida, aguantó el brazo y encontró nuevos y mejores amigos.
Hoy, después de tanto tiempo sin escribir, joaquín me ha obligado a teclear un rato. No todo van a ser comunicados sobre la falta de luces de algunas personas y algunas calles.

Al fin y al cabo, las cosas parece que cambian. Parece. Da la impresión de que ha funcionado bien el acuerdo sobre liberados que ya intentamos con escasa fortuna en 2011. Vivir de tu trabajo profesional parece que no es del agrado de algunos. Ahora, los antaño prepotentes, calumniadores y altaneros urden, traman, conspiran, husmean, ofrecen, desmienten, reniegan, chalanean, sonríen, alternan y sueñan con un nuevo camino en busca del cargo o del carguillo. Con afán desmedido lo intentan. Necesitan un traje nuevo y en ello están.

Han rebuscado en su armario y, entre naftalina y alcanfor, algunos encuentran una vieja piel de cordero que exhiben con dificultad. Huele a rancia. La piel está descolorida. Más que lana parece borra. Pero lo intentan. Mi amigo joaquín no se cree nada. Y yo, tampoco. Debe ser mi vena atea.
Salud

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