Anda revuelto el personal porque han aparecido en los parabrisas de los coches, como despidiendo el otoño, unas hojas divulgativas que, ignoro el motivo, algunos paisanos atribuyen a conveniencia a pesar de que no llevan firma alguna. Yo supongo que si conveniencia quisiera denunciar alguna barrabasada habría colocado su bonito logo estilo covirán. Me extraña que esta empresa sexitana quiera ahora convertirse en sociedad anónima.
La prueba de que esta hoja no es cosa
de los amigos del doctor es que contiene algunos datos inexactos.
Conociendo la seriedad, honradez y documentación de la conveniencia,
eso debería ser un argumento más que suficiente para descartar la
imputación malévola. Pero es que, además, la noche del jueves al
viernes, que es cuando se ha producido esa importante y otoñal caída
de hojas, el doctor estuvo firmando libros hasta las tantas. No creo
yo que con el dolor de brazos que tendría le iban a quedar ganas de
ponerse a repartir hojitas.
Pasará con esto como con lo de los
mayas. Llevan un año acojonando al personal con el fin del mundo y
ahora ya hemos podido comprobar que todo era un infundio. Hace dos
días, yo ya sabía que esto del fin del mundo era falso. Estuve
hablando con un maya y me aseguró que era un cuento chino o azteca.
El maya este me parecía auténtico porque tiene la piel así
oscurrilla y tenía en la mano unas plumas como de guacamayo o loro
exótico. Yo no entiendo mucho de bichos, pero esos pajarracos son de
por allí, de la tierra de los mayas. Este maya del que les hablo
estaba dando de comer a unos pajaritos en el loro sexi porque parece
que el que hacía ese trabajo se fue hace un tiempo, sin esperar al
fin del mundo.
Pues con esto pasará igual. Al final
será un rollo macabeo. Hablaba antes de que en la hojita volandera
hay algunos datos incorrectos. Por ejemplo, el sueldo de mi amiga
luci y mi amigo juani. Pudiera ser que el resto de datos fueran del
estilo. Mis amigos están enfadados porque dicen ganar sólo mil cien
euros al mes. Bueno, ganan mil trescientas pero dan doscientas a
izquierda unida. Aportan como prueba una fotocopia pero igual la han
manipulado porque no me creo yo que los autores de esa hoja vayan a
dar datos falsos.
Quizá el enfado de juani y luci sea
impostado, pero el mío es real. Gracias a esa hoja me he enterado de
que estos dos tipos son asesores de ferminté. Han fingido todo este
tiempo ser secretarios de grupo para ningunearme y trabajar a las
órdenes de mi compa. Pues todo tiene un límite.
Estoy muy agradecido a los autores de
esta hoja porque mientras a mis compinches de iu los han sacado de
trapillo a mí me han puesto una foto elegante con mi chaquetilla de
los domingos. Ese detalle se agradece. También se agradece que no
hayan puesto mis emolumentos, pero igual era por desconocimiento.
Como a mí me gusta la formalidad, he encargado a los asesores de
ferminté que dejen por un día sus favoritismos y me busquen las
nóminas del ayuntamiento, las mías, las que acreditan mi fortuna.
Cuando las tenga las colocaré aquí en esta página. No es lo mismo
que colocar veinte mil hojas en parabrisas y buzones, pero en fin, la
alternativa es estar toda la navidad repartiendo hojitas y entonces
no podría ir en noche buena a ver a mis padres. Nos apañaremos con
el blog.
Una sorpresa agradable de la hojita
otoñal ha sido comprobar que los asesores de fermínté cobran más
que los asesores de la trini. Para que luego digan que no hemos hecho
un buen pacto.
El otro que anda robando al erario
público es el amigo iván. Alguien me ha dicho que los treinta y
seis mil euros se quedan cortos, y me lo creo. Un arqueólogo de la
talla de iván no firma un papel por esa ridiculez. ¿O es que ya no
nos acordamos de lo que cobraba un arqueólogo?
Ando intrigado por conocer los
emolumentos de los convenientes y los sociatas, pero eso supongo que
será para el día de los inocentes. Yo sólo tengo una nómina del jefe, pero ya es antigua y sólo tiene valor arqueológico, como los dos mil kilos de restos que iván y su amigo eduardo encontraron amontonados en sacos y cajas verdes de aguacates verdes en el antiguo centro de salud. Se ve que al anterior arqueólogo no le encargaban chorraditas como esas que encarga olga.
Salud