A la entrada del salón de plenos el otro día habían colocado
un cartel que rezaba: Cuidado, no se deje
engañar por sus palabras. Creo que era algo relacionado con jalowin, pero
luego resultó ser un mensaje premonitorio.
De vez en cuando, los lobos aparecen con piel de cordero.
Siempre hay algún incauto que pica. Esas cosas pasan por no leer las fábulas,
por no guardar los recortes de prensa y por amnesia. Pero lo cierto es que por
muy buen profesional que sea un lobo, si las ovejas no se duermen, el peligro
es menor. La amnesia, en estos casos, mata.
Por eso, conviene siempre analizar el pasado y extraer
conclusiones que nos pongan en guardia contra la charlatanería. Los charlatanes
embaucan y buscan ocasiones en que nadie pueda desenmascararles. Pero en cuanto
te descuidas, te venden un juego de cuchillos viejos por trescientos euros. Y
si te descuidas más aún, llega su compinche y te roba la cartera. Esa frase me
suena de algo.
Y por eso mismo, el viernes, antes de empezar el discurso de
oveja, el antiguo portavoz de conveniencia, ahora de nuevo encumbrado al número
uno, preguntó a la señora thl si él era el último en hablar, no fuera que algún
otro portavoz pudiese destrozarle su bello discurso sólo con recordar dos o
tres cositas ocurridas no hace tanto tiempo. Lo que dijo yanguas podían haberlo
suscrito pablo iglesias, marcelino camacho o durruti. En estos tiempos de
antisindicalismo son necesarios discursos como el de yanguas que reaviven la
lucha obrera.
Claro que se le olvidó explicar por qué ha permitido en
todos estos años, que la mayoría de los empleados (algunos, no, eh) estén
cobrando de la empresa que él buscó menos de la mitad de lo que deberían haber
cobrado según el contrato firmado entre xaviert aliart y yanguas el diez de
febrero de 2.008. Es verdad que hay quien gana casi dos mil ochocientos euros
al mes, respetando lo pactado en esa concesión, pero también es verdad que
algunas criaturas cobran mil euros a pesar de que su contrato teórico era de
dos mil. Eso son cosas que uno está descubriendo estos días hablando con unos y
con otros. Yo no las he podido olvidar porque no las conocía, pero el que sí
las conocía igual ha olvidado esos pequeños datos.
En cualquier caso, y hablando de cosas que algo tienen que
ver, no hace tanto tiempo como para que hayamos olvidado sus palabras, sus
gestos, sus desdenes, y sobre todo sus actos, podemos recordar cuando decidió
despedir a cinco empleados municipales, algunos con más antigüedad que el mismo
yanguas. Habría sido estremecedor el discurso del señor yanguas en el caso de
que thl hubiese despedido a un notificador con la experiencia, veteranía y
profesionalidad de mi amigo pepe. Como escarpias se hubieran puesto los pelos
de concejales y público en el caso hipotético de que hubiésemos escuchado el
discurso del doctor a propósito del despido de mi amiga julieta, madre de cinco
hijos, con su marido en paro también, agobiados por la hipoteca y las letras
del coche. Esos discursos no pudimos escucharlos porque no fue la señora thl la
que despidió a estos trabajadores sino la que los readmitió.
Tampoco hace tiempo como para haber olvidado su soberbia,
sus miradas, y sobre todo, sus actos, cuando decidió cargarse a la empresa de
la ayuda a domicilio por el simple método de encargarle cientos de servicios
que no le pagaba. Lógicamente, la empresa no pagaba a sus trabajadores y así,
estas madres de familia quedaron sin cobrar tres, cuatro, cinco meses, y
tuvieron que ir a la huelga. ¿Y saben lo que hizo el ayuntamiento? Aparte de
menospreciar a los sindicalistas que daban su apoyo, aparte de dejar a decenas
de abuelos sin asistencia durante más de medio año, aparte de decir una y otra
vez que él pasaba de eso y que era un conflicto entre empresa y trabajadores en
el que él no tenía absolutamente nada que decir… aparte de eso, dejar colgada a
la empresa y a las trabajadoras. Aún hoy están pleiteando en los Juzgados de lo
Social para cobrar sus legítimos salarios.
El otro día en el pleno, un ex doctor que ponía el vello de
punta a cualquiera que no lo conociese, habló del mirlo. Y algo debe haberle
contado a unas personas que están en una situación difícil por culpa de la
insensata política de privatizaciones que comparten unos y otros, los de la
derecha y otros que se dicen de la izquierda, los que gobiernan y los que
gobernaron. Pero contó sólo una parte de la película. En realidad, la contó de
tal manera que nadie pudo enterarse de nada. Más o menos como si te quieres
enterar de una película de dos horas viendo los treinta segundos que dura el
beso final de la rubia con el joven del pendiente. Los que tenemos memoria, y
hemerotecas, sabemos hasta qué punto aquello fue una sarta de embustes uno tras
otro.
Pero también lo saben todos los muchos trabajadores que fueron
despedidos en ese conflicto por el delito de defender sus derechos y defender a
sus compañeros. Recordarán por ejemplo los nombres y apellidos de aquellos
militantes de conveniencia que fueron de contrapiquete enviados por el doctor a
reventar la huelga de los trabajadores. Algunos de esos estaban el otro día en
el pleno camuflados de sindicalistas.
Y lo saben todos los hoteleros que vieron arruinado el
verano por una huelga de recogida de basura que provocó el máximo regidor al no
pagar a la empresa aquello que tenía que pagarle.
Una vez despedidos todos los trabajadores que estorbaban,
una vez amedrentada la plantilla, se mandó a tomar viento a la anterior empresa
y se buscó otra nueva a la que se le firmó un contrato por el cual en vez de
pagarle tres millones de euros al año se le iban a pagar cerca de cinco
millones. Ese fue el precio que tuvimos que pagar todos los almuñequeros: dos
millones de euros más al año. Por cierto, ese contrato se firmó pero durante
los años que gobernó el anterior demagogo, dejó facturas sin pagar como para hincharse
de llorar. Hasta año y medio sin pagar. Hace apenas cuatro meses que esa
empresa pudo cobrar todo lo que el ayuntamiento le debía.
Esas son historias que aún no hemos olvidado porque son
recientes. Ya retrocediendo más en la historia, habría como para escribir un
libro. Pero eso aún esta pendiente. No tengo tiempo.
Pero me gustaría terminar esta
columna con una frase encantadora pronunciada por el doctor en un pleno hace
unos años. Literalmente, estas fueron sus palabras: El procedimiento está claro, taxativo, es la
única salida que hay. La otra salida, es iniciar el camino de la demagogia, del
discurso fácil, de la locura, vamos a esperar si esta noche empieza la huelga,
vamos a jalear un poco el tema, vamos a perturbar más la tranquilidad de
ochenta familias que llevan un mes y lo que va de éste sin cobrar sus salarios,
y al final vamos a dar como respuesta los discursos, pero la gente lo que
quiere es cobrar su dinero. Pero bueno, es que hay gente que le gusta tirar
piedras para el cielo, aquí hemos visto algunos casos de ello, pero si se tiran
piedras para el cielo y alguno se descalabra, podrán decir ¡ay¡ pero mejor les
valdría decir ¡que tonto soy¡
Eso fue lo que dijo aquel día. Y se quedó tan tranquilo.
Este miércoles, lo que dijo fue: Si
yo fuera trabajador del acuario me pensaría muy mucho el ir mañana a trabajar
sabiendo que, en todo caso, cobraré en enero. Y también se quedó
tranquilo.
Salud