16/2/10

Discrepancias técnicas




Como bien le explicó el señor alcalde al concejal fermintejero, no se trata de que en este ayuntamiento la corrupción campe por sus respetos. Eso es algo que sólo ocurre en ideal. Lo que pasa en almuñécar es un problema de interpretación. Son cuestiones técnicas que dividen y enfrentan a los técnicos municipales con los técnicos de la junta. Unos miden con la escuadra y otro con el cartabón; unos lo hacen en pulgadas y otros en centímetros, y de esa manera, pues a veces no se ponen de acuerdo sobre si una finca está en la vega o en lo alto de un cerro, si es urbana o no urbanizable, si se le aplica la ordenanza erre i dos o la erre e cuatro.

¿Cómo se sabe si una terraza, una piscina o un garaje son computables o incomputables? Pues no será tan fácil de aclarar eso. Que se lo pregunten al arquitecto municipal, que vive el hombre en una chabolilla de varios pisos y cienes y cienes de metros donde casi nada de lo que hay allí computa. Al amigo gerardo se lo han cepillao por decir que no computan esas habitaciones. El juez estaba de acuerdo con los técnicos de la junta que decían que sí. Por una disquisición técnica tan tonta hay quien llega a acusar a pasolas de haberse hecho una casa fuera de la legalidad.

Pasa algo parecido cuando la bofia encuentra un camión de coca en el garaje de un narco, que a veces pretenden encarcelarlo agarrándose a una cuestión de cantidad. A unos les parece mucho un camión y a otros les parece razonable tener cinco mil kilos para consumo. Si es una familia grande, o si ese señor tiene muchos amigos, por qué no va a ser verdad que sea para consumo. O incluso para distribuir a familias necesitadas. Pues hay jueces, como el garzón, que han metido en chirona a ciudadanos honrados que iban todos los años a la romería y daban sus buenas perras para el equipo de fútbol de la localidad. Y todo por un desajuste técnico, por no ponerse de acuerdo en las medidas.

En el fisco también pasa algo parecido. Por problemas técnicos le dieron el susto hace ya unos años a la lola flores y cada año parece que la historia se repite con un mogollón de personas que no se aclaran con lo que es deducible y lo que no lo es, lo que es declarable y lo que no. Unos se desgravan doscientos mil euros en gambas y medio millón en quisquillas y luego llegan los de hacienda y ponen pegas. Así, a ciudadanos honrados que se han hecho un lío con la declaración los ponen de hoja de perejil como si fueran delincuentes.

Volviendo a nuestro pueblo, todos recordamos el debate técnico que nos tuvo en vilo acerca de la gasolinera del pecuatro, que si estaba bajo el estadio, o debajo del estadio, o junto al estadio, o contigua, o si el eje central del depósito subterráneo del gasoil quedaba bajo la perpendicular trazada desde el final de la última grada. Incluso un afamado concejal al que llaman niño bonito (insisto en que eso de bonito me tiene intrigado) dijo en una alocución memorable que allí no iba ninguna gasolinera. Al final parece que sí, que iba una, y bien grande, pero hay un dossier más gordo que el larús acerca de las mediciones, las ubicaciones, los depósitos y cosas así. Aquello se acabó con un acuerdo más que interesante: pusieron tres maceteros gordos en mitad de la gasolinera y así mataron dos pájaros de un tiro: primero, porque ya los escupitajos desde la grada no podían caer en el coche, y dos, supongo yo, porque aquello podía ser considerado una zona verde.

Son cuestiones técnicas, como cuando discuten en el pleno si una sentencia firme es firme de verdad o firme a medias, como pasa con esa del hotel cortijo, que es firme, pero no firme del tó. Algunos dicen que para que no sea firme del tó, lo mejor es firmar buenos cheques. Firme, firme.
Salud

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